Competencia perfecta
La competencia perfecta es una forma de organización del mercado en la que ni los productores ni los consumidores pueden influir en el precio de los bienes y servicios. Se caracteriza por la presencia de un gran número de compradores y vendedores, cada uno con una participación tan reducida que resulta irrelevante frente al total de la oferta o la demanda. En estas condiciones, las decisiones de un solo participante - ya sea al comprar o al vender - no tienen impacto en el precio de mercado. En este tipo de mercados, los agentes económicos son price takers, es decir, aceptan el precio que surge de la interacción libre y simultánea entre compradores y vendedores. Los agentes económicos únicamente pueden decidir las cantidades que desean ofrecer o demandar, pero no el precio.
Características principales
Un mercado en competencia perfecta presenta las siguientes notas distintivas:
- Estructura atomística. Existe una multitud de agentes económicos tanto del lado de la oferta como de la demanda. Cada uno representa solo una fracción mínima del mercado y, de manera individual, carece de poder para influir en el precio del bien o servicio intercambiado. Los participantes actúan de forma independiente, sin acuerdos, pactos ni coaliciones.
- Productos homogéneos. Los bienes que se comercian en este tipo de mercado son homogéneos, es decir, idénticos o prácticamente idénticos en calidad y características. Por ello no existen diferencias suficientemente relevantes como para segmentar el mercado. Estos productos se negocian en un único mercado unificado en el que concurren numerosos compradores y vendedores.
- Información perfecta. Todos los participantes disponen de acceso pleno y en igualdad de condiciones a la información relevante sobre bienes, servicios y condiciones de mercado. Precios, calidad y términos de intercambio son conocidos por consumidores y empresas, garantizando la transparencia de las transacciones.
- Libre entrada y salida. No existen barreras económicas, legales o naturales que limiten la entrada o salida de las empresas. El acceso al mercado es libre y no implica costes significativos. Cuando aparecen beneficios extraordinarios, nuevas empresas ingresan, aumentando la oferta y reduciendo precios y beneficios hasta que desaparecen en el largo plazo. Las empresas ya establecidas no pueden conformar cárteles para impedir la entrada de competidores.
- Libertad de elección. Cada agente económico - productor o consumidor - decide libremente cuánto comprar o vender. Ninguna autoridad externa fija las cantidades y no existen acuerdos entre los participantes.
- Racionalidad perfecta. Se presupone que los agentes actúan racionalmente, buscando maximizar su beneficio. Los productores eligen niveles de producción que maximizan la ganancia, mientras que los consumidores deciden sus compras en función de precios, ingresos y preferencias. Con esta hipótesis, se espera que los participantes adopten siempre las decisiones más eficientes para sus propios intereses.
- Fluidez del mercado. Al precio vigente, los vendedores pueden colocar toda su producción y los compradores adquirir todo lo que deseen, sin restricciones.
- Tecnología homogénea. Todas las empresas utilizan la misma tecnología productiva, lo que elimina posibles ventajas derivadas de conocimientos exclusivos o patentes. Una tecnología idéntica implica curvas de costes iguales para todas las firmas. A corto plazo pueden darse ligeras diferencias en las estructuras de costes, diferenciando a las empresas marginales de aquellas con beneficios extraordinarios. Sin embargo, en el largo plazo, dichas diferencias tienden a desaparecer, quedando las empresas en condiciones prácticamente idénticas.
La curva de demanda en competencia perfecta
La curva de demanda de una empresa en competencia perfecta es una línea horizontal. Esto refleja que las variaciones en su producción no modifican el precio de mercado (la empresa es un price taker). En consecuencia, la curva de demanda de la empresa coincide con sus curvas de ingreso medio e ingreso marginal. En otras palabras, bajo competencia perfecta el precio del bien es igual al ingreso medio y al ingreso marginal de la empresa.

A nivel agregado, la curva de demanda de mercado presenta una forma distinta. La curva de demanda de mercado desciende de izquierda a derecha, ya que el comportamiento conjunto de compradores y vendedores sí puede influir en el precio global.

Para subrayar el contraste entre la curva de demanda de la empresa y la del mercado, ambas pueden representarse en un mismo diagrama cartesiano. Si una empresa competitiva fijara un precio superior al del mercado (p > p*), perdería a toda su clientela en favor de los competidores y no vendería nada. En cambio, si lo fijara por debajo (p < p*), atraería toda la demanda del mercado, pero carecería de la capacidad para abastecerla.

La curva de oferta
Los productores no determinan el precio de venta: deben aceptar el precio de mercado, resultado de la interacción entre compradores y vendedores. Como el precio es exógeno, cada empresa fija su nivel de producción en el punto en que el ingreso marginal (IM) se iguala al coste marginal (CM), ambos coincidentes con el precio de mercado en equilibrio. Por ello, la competencia perfecta suele considerarse el referente de la eficiencia asignativa. La curva de oferta de la empresa (S) corresponde al tramo de la curva de coste marginal (CM) situado por encima de su intersección con la curva de coste medio (CMe). El precio de venta (p) debe ser, como mínimo, igual al coste medio; de lo contrario, la empresa incurriría en pérdidas.

El siguiente gràfico muestra una empresa que opera con pérdidas. El equilibrio se alcanza en el punto E, donde la curva de coste marginal (CM) corta a la línea de precio (P). Sin embargo, en este caso el coste medio (CMe) supera al precio, de modo que la empresa incurre en pérdidas, representadas por el àrea EPCD.

Las empresas que acumulan pérdidas de forma continuada acaban abandonando el mercado. A corto plazo, en cambio, las firmas màs eficientes pueden obtener beneficios extraordinarios (P > CMe). En este escenario, el precio recibido por cada unidad vendida (p) excede el coste medio de producción (CMe).

La existencia de beneficios extraordinarios atrae a nuevos competidores. Al no haber barreras de entrada ni de salida, las empresas pueden incorporarse con rapidez y a costes relativamente bajos. Este proceso de entrada continúa hasta que la competencia elimina los beneficios extraordinarios y todas las firmas obtienen únicamente beneficios normales. Así, el equilibrio a largo plazo en competencia perfecta se alcanza cuando el precio se iguala al coste medio en todas las empresas. En el largo plazo, el precio de mercado se estabiliza en su nivel mínimo sostenible - equivalente al coste medio de producción - y desaparecen los beneficios extraordinarios.

La curva de oferta del mercado se obtiene a partir de la agregación de las curvas de oferta individuales de todas las empresas. Al considerar conjuntamente la oferta total de los productores y la demanda total de los consumidores, es posible analizar el equilibrio de mercado y la formación del precio. La igualdad entre oferta y demanda agregadas determina el precio de mercado. Este equilibrio se representa en el siguiente gràfico: el precio resultante es el que deben aplicar todas las empresas en competencia.

La competencia perfecta es un modelo teórico, ya que en la pràctica los mercados rara vez cumplen todas sus condiciones. En los mercados reales suelen aparecer concentraciones de poder - especialmente en el lado de la oferta - y posiciones dominantes que permiten a ciertos agentes influir en los precios. Uno de los ejemplos màs próximos en la realidad es el mercado internacional de determinados productos agrícolas.
