Utilidad Marginal
La utilidad marginal es el grado de satisfacción adicional que obtiene un consumidor al consumir una unidad extra de un bien. Según el enfoque clásico (cardinal) de la utilidad, desarrollado en el siglo XIX, se asume que la utilidad puede cuantificarse. Desde esta perspectiva, cada unidad adicional consumida aporta un incremento menor a la utilidad total respecto a la anterior. Gráficamente, la función de utilidad marginal se representa mediante una curva descendente, lo que refleja el principio de la utilidad marginal decreciente. Es importante señalar que el eje vertical del gráfico representa la utilidad marginal - es decir, el incremento en utilidad que genera cada unidad adicional consumida - y no la utilidad total.
Para comprender mejor este concepto, observemos la siguiente representación de una función de utilidad que muestra la utilidad total del consumidor. La utilidad total, representada como U, depende de la cantidad consumida del bien X. A medida que aumenta el consumo de X (la variable independiente), también lo hace la utilidad total del consumidor (la variable dependiente).
La función de utilidad total es estrictamente creciente. Esto significa que, si X > X*, entonces f(X) > f(X*), y por tanto U(X) > U(X*). En términos prácticos, aumentar la cantidad consumida del bien X implica un incremento en la utilidad total U.
La segunda derivada de la función de utilidad total es negativa, lo cual indica que el ritmo al que crece la utilidad - es decir, la utilidad marginal - disminuye a medida que el consumo aumenta. Este comportamiento es característico del principio de utilidad marginal decreciente.
Desde un punto de vista matemático, esta disminución se expresa a través de la segunda derivada de la función de utilidad, f″(x). Esta derivada cuantifica cómo varía la utilidad adicional conforme se incrementa el consumo.
MU = f″(x), f″(x) < 0
Hasta ahora, hemos analizado la utilidad marginal dentro de una cesta compuesta por un único bien, X. No obstante, este mismo principio puede extenderse a situaciones en las que el consumidor dispone de varios bienes. Por ejemplo, si consideramos dos bienes, X1 y X2, la utilidad marginal derivada de aumentar el consumo del bien x1 se expresa de la siguiente manera:
El principio de la utilidad marginal decreciente explica la forma convexa de la curva de indiferencia. La lógica es sencilla: si el beneficio adicional de consumir más unidades de un bien se reduce, entonces una combinación equilibrada de ambos bienes genera una mayor utilidad total que concentrar el consumo exclusivamente en uno solo.
Ejemplo. Imagina que tienes muchísima sed. Abres el grifo y te sirves un vaso de agua. El primer vaso te brinda una gran satisfacción, ya que alivia tu necesidad inmediata. En el gráfico anterior, esa primera unidad en el eje X (un vaso) se traduce en una utilidad total de 2 en el eje Y. Un segundo vaso también aumenta tu utilidad, pero en menor medida - digamos que hasta 3,8. Esto implica que la utilidad marginal del primer vaso es 2, mientras que la del segundo es solo 1,8. Y así sucesivamente. A medida que consumes más, cada unidad adicional aporta menos satisfacción que la anterior: ese es precisamente el núcleo del concepto de utilidad marginal decreciente.
Utilidad marginal y valor económico. La utilidad marginal desempeña un papel fundamental en la determinación del valor económico de un bien. Cuanto mayor es la utilidad marginal, más alto será el precio que el consumidor está dispuesto a pagar. Esta relación se basa en la escasez relativa del bien respecto a la necesidad del consumidor. Cuando un bien es escaso en relación con su demanda, su utilidad marginal es elevada - y con ello, también lo es su precio de mercado. Por ejemplo, alguien con mucha sed podría estar dispuesto a pagar un precio elevado por un vaso de agua (alta utilidad marginal). Pero a medida que se sacia, su disposición a pagar por vasos adicionales disminuye, ya que la utilidad marginal de cada unidad sucesiva va cayendo.
