Construcción de la curva de demanda
La construcción de la curva de demanda se realiza al analizar la curva precio-consumo. Imaginemos que tenemos dos bienes (X e Y) y un ingreso fijo, R. El consumidor puede decidir cómo distribuir este ingreso entre las cantidades de los bienes X e Y.
R = Px Qx + Py Qy
Esta ecuación define la restricción presupuestaria del consumidor, representada como una línea en un gráfico cartesiano. La elección óptima del consumidor se encuentra donde la línea de restricción presupuestaria toca la curva de indiferencia más alta que puede alcanzar, reflejando así sus preferencias. A partir de la curva precio-consumo de los bienes X e Y, podemos determinar la cantidad óptima de X en diferentes niveles de precio. Al graficar estos valores, construimos la curva de demanda del bien X.

Cuando el precio del bien X baja de Px1 a Px3, la línea presupuestaria se desplaza hacia afuera, revelando nuevos puntos de equilibrio (e2) y (e3). Esta disminución en el precio de X lleva al consumidor a replantearse su balance inicial de compra entre X e Y. Las curvas de indiferencia más altas indican una mayor utilidad, por lo que un consumidor racional intentará alcanzar la curva más alta posible. Conforme el consumidor incrementa su consumo de un bien (demanda de mercado), la satisfacción adicional que obtiene (conocida como utilidad marginal decreciente) disminuye paulatinamente, lo cual lo hace estar más dispuesto a intercambiar cantidades mayores de X para obtener Y. Este intercambio genera una curva de demanda con forma convexa. Por ejemplo, si un consumidor compra 9 unidades de X a un precio de 2,5 euros cada una, se encuentra en una parte de la curva de demanda donde la cantidad demandada es muy sensible a los cambios de precio. Un aumento de precio de 2,5 a 3,0 euros reduciría considerablemente la cantidad demandada de X, ya que su utilidad marginal es baja. El consumidor estaría dispuesto a renunciar a 4 unidades de X, pues ya tiene suficiente y obtiene poco beneficio adicional en comparación con otros bienes.

Por el contrario, si este aumento de precio ocurriera en la zona “inelástica” de la curva de demanda, la reacción del consumidor sería distinta. En esta primera parte de la curva, la demanda es menos sensible a los cambios de precio, y la utilidad marginal de X sigue siendo alta. El siguiente diagrama ilustra este escenario, donde el mismo aumento de precio provoca que el consumidor reduzca su demanda en solo una unidad.

En conclusión. La forma de la curva de demanda refleja las preferencias del consumidor entre el bien en cuestión y otros (como bienes sustitutivos o complementarios). Para la mayoría de los bienes, la curva de demanda tiene una pendiente descendente, salvo en casos excepcionales como los bienes de Giffen. En los ejercicios económicos, una curva de demanda no lineal y de tipo hiperbólico se usa frecuentemente para representar la demanda combinada de distintos consumidores, mientras que una curva de demanda lineal se utiliza habitualmente para simplificar ejemplos en el ámbito educativo.
