Elección óptima del consumidor
La elección óptima del consumidor se produce cuando la tasa marginal de sustitución es igual a la relación de precios entre los bienes, respetando la restricción presupuestaria del consumidor. En un gráfico cartesiano, esto se representa en el punto donde la curva de indiferencia (que refleja las preferencias del consumidor) es tangente a la línea de restricción presupuestaria. A continuación, se muestra la representación gráfica:

Siguiendo el principio de racionalidad, los consumidores buscan maximizar su utilidad alcanzando la curva de indiferencia más alta posible. En el ejemplo anterior, la curva de indiferencia C está fuera del alcance de las posibilidades de consumo del consumidor, lo que la hace inalcanzable. Mientras tanto, las curvas A y B son alcanzables, siendo la curva B la más alta que puede lograrse, y por lo tanto, la elección óptima.
MRSx1,x2 = Px1/Px2
Matemáticamente, la tangencia entre la curva de indiferencia y la línea presupuestaria implica que ambas tienen la misma pendiente en el punto de elección óptima. La pendiente de la línea presupuestaria está determinada por la relación de precios entre los bienes, -p2/p1. Como los precios están fijados por el mercado, esta relación representa la tasa a la que se intercambian los dos bienes en el mercado. En cambio, la pendiente de la curva de indiferencia varía de un punto a otro y se expresa como dx1/dx2 = - U'2/U'1. Esta tasa refleja la disposición del consumidor a intercambiar un bien por otro y se conoce como la tasa marginal de sustitución (MRS). Analíticamente, la elección óptima del consumidor puede describirse mediante un sistema de dos ecuaciones: una que define la condición óptima y otra que establece la restricción presupuestaria.

Soluciones de esquina. En ciertos casos, la elección óptima no se da en el punto de tangencia entre la curva de indiferencia y la línea presupuestaria. En su lugar, la elección del consumidor puede ubicarse en uno de los interceptos de la línea presupuestaria.

La teoría de la elección óptima se basa en supuestos algo poco realistas, como la información perfecta y la total racionalidad del consumidor (racionalidad perfecta). En la realidad, los consumidores a menudo carecen de la información necesaria para evaluar completamente la calidad o el precio de un producto. Además, sus decisiones pueden estar basadas en una lógica imperfecta (racionalidad imperfecta) o, como sugiere la economía del comportamiento, ser completamente irracionales.
