Óptimo de Pareto
Óptimo de Pareto (también conocido como eficiencia de Pareto) se refiere a una situación en la que los recursos se asignan de la manera más eficiente posible. En un estado óptimo de Pareto, es imposible mejorar el bienestar (o la utilidad) de una persona sin reducir el bienestar de otra. Este concepto, que lleva el nombre del economista italiano Vilfredo Pareto, es una medida clave de la eficiencia en economía.
Por ejemplo, en una economía con dos consumidores, un equilibrio es óptimo de Pareto si no se puede aumentar la utilidad de uno modificando sus decisiones sin disminuir la utilidad del otro.
En el diagrama de Edgeworth, el óptimo de Pareto se da en un punto de contrato, donde las curvas de indiferencia de ambos consumidores son tangentes. En el gráfico a continuación, el punto E no es óptimo de Pareto, mientras que el punto E* sí lo es.
En economía política, una asignación eficiente de Pareto es el mejor resultado posible en términos de eficiencia asignativa y productiva. Un punto óptimo de Pareto representa el nivel máximo de mejora económica. En este punto, no es posible mejorar la situación de una persona sin perjudicar a otra. Si eso fuera factible, significaría que se puede mejorar la situación de algunas personas sin empeorar la de otras, lo que se conocería como una mejora en la eficiencia de Pareto.
Utilidad interpersonal. El criterio de eficiencia de Pareto nos permite identificar un óptimo social eficiente en la distribución de los recursos, sin la necesidad de comparar directamente las utilidades individuales. Este enfoque ayuda a Pareto a esquivar una de las principales críticas dirigidas al utilitarismo.
Equidad. Aunque el óptimo de Pareto mide la eficiencia económica en equilibrio, no aborda el tema de la equidad. La eficiencia es independiente de la justicia, lo que significa que no evalúa si un equilibrio es más o menos justo que otro. Un resultado óptimo de Pareto puede darse tanto en distribuciones equitativas como inequitativas de ingresos y riqueza. Esta es una de las principales limitaciones del uso del óptimo de Pareto como criterio para evaluar el bienestar social en la política económica. Por ejemplo, una redistribución de ingresos de los más ricos a los más pobres, incluso si fomenta una mayor equidad social, no se consideraría una mejora de Pareto, ya que perjudicaría al grupo más acomodado.
Equilibrio walrasiano. Según los teoremas del bienestar, si las curvas de indiferencia y las isoquantas son convexas, cada asignación eficiente de Pareto (óptimo de Pareto) tiene un conjunto de precios asociado que puede sostener un equilibrio walrasiano tanto en el intercambio como en la producción.
